martes, febrero 28, 2006

RESCATE, RESURRECCIÓN Y EL ÚLTIMO SUSPIRO

Me encontré este texto perdido entre un montón de papeles que no había tocado en un buen tiempo. Lo escribí hace ya varios años, y creo que es uno de los escritos que más satisfecho me han dejado. Recuerdo que lo plasmé en un pedazo de hoja blanca que traía en la bolsa trasera del pantalón, mientras estaba en una aburridísima clase de cine en la Facultad. Quise revivirlo porque, es curioso, aunque ya pasaron mil cosas desde entonces, sigue vigente; y no porque me haya quedado estancado, sino porque mueve un sinfin de fibras en mi interior, porque recuerdo cada palabra, cada frase, cada párrafo y cada sensación como si fuera aquel día. No vale la pena escribir toda la historia, sólo basta con decir que en ese momento mi vida empezaba a dar un giro que me cambiaría para siempre... y creo que ese giro aún no termina, tal vez por eso estas líneas conserven su valor original. Espero sus comentarios. Hay muchas personas involucradas ahí, para todas ellas un abrazo y buena vibra.





R E F L E X I O N E S

¿Pero… por qué pensar en el pasado si el futuro es incierto? La vida parece cruel, aunque la verdad yo la hago parecer así a veces. Bien podría estar disfrutando de mis logros sin preocuparme por las cosas no alcanzadas; bien podría darlo todo por alguien, sin pensar en lo que ese alguien será capaz de hacer.

Si pienso en el pasado me aterro, si pienso en el futuro me deprimo, me angustio; estoy atrapado en ese pequeñísimo instante entre lo ya hecho y lo que vendrá. La barrera que me separa del pasado es alta y difícil de romper, y la del futuro tan frágil, que... ¡¿y si se rompe?!... Vería el futuro, lo que viene, lo que haré, lo que me espera. Y no quiero hacerlo; prefiero imaginar que será bueno y no me afectará, no me dolerá, no me lastimará.

Cada paso que doy lo doy a ciegas, y no sé lo que vendrá al siguiente.

¿Por qué existo? ¿Por qué hago? ¿Por qué lo hago? ¿Por qué soy? Tengo un cuarto de siglo y parecen diez los que he vivido. ¿Ha sido rápido? ¿Ha sido mucho? ¿Más que otros? No lo sé, pero lo que veo es que mi mente está más vieja que las de mis contemporáneos. No anciana, no desgastada, tampoco inútil o lenta, sino analítica, anticipada, madura pero infantil, vieja por experiencia mas no por tiempo.

Algún día me dijeron que tengo un alma vieja, porque parece que he vivido mil cosas que jamás he experimentado. He visto sin ver, sentido sin sentir, escuchado sin escuchar, caminado sin caminar y muerto… sin vivir. No lo comprendo pero lo siento, no lo entiendo pero lo pienso.

No lo sé, no sé lo que me espera, no sé por qué he hecho todo tan rápido y sin pensar. Tengo la sensación de libertad más grande que jamás haya experimentado, pero me veo tan preso que no la puedo gozar. Quiero aprender más, crecer y madurar, pero no como lo hacen todos, no con trabas, ni impedimentos ni con cuestiones obligatorias.

Quiero una vida mejor, quiero tranquilidad, comodidad y bienestar. ¿Pero por qué con dinero? ¿Por qué con un papel que cuesta tanto trabajo conseguir? ¿Por qué con un Título? ¿Por qué como lo marca la sociedad? ¿Por qué como lo dicen las leyes?... ¿Quién la hace y para qué?

Es mi vida y la quiero vivir como yo quiera, no como los demás me digan. No con lineamientos ni barreras. ¿Difícil? … Sí… pero no cruel, no despiadada, sino coherente y justa.

¡Quiero libertad!... libertad.

Oscar Alejandro Ramírez Sánchez / 2001

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que agradable fue releer un pedazo de vida que, como bien dices, no sólo fue tuyo sino del cual participamos también algunos mas. Definitivamente, ese texto es una muestra de tu talento y valía y que bueno que también fue algo que decididste con toda bondad compartir con nosotros. Gracias Brother.
Att. El de la máscara
Adivina quién soy

Oscar Ramírez dijo...

El de la máscara fue quien dio "rostro" a esto que vive dentro, ahí, muy en el fondo. El de la máscara también es valioso, bondaso y talentoso, ¿dónde está ahora?... se te extraña Brother.